domingo, 26 de octubre de 2008

Underground

Las personas somos raras. Muy raras. O muy especiales, no sé. Si no, no me explico las inquietantes situaciones que se viven viajando en transporte público, concretamente en el Cercanías de Madrid. Analicemos:

* Caso 1: entradas y salidas.

Vamos a ver, pongamos que viene un extraterrestre que no ha montado en su vida en el metro y tenemos que explicarle cómo tiene que hacerlo, en plan para tontos: "pues esperas a que llegue y a que abran las puertas, te apartas dejando que la gente salga y entras cuando puedas, sin empujar".

Entonces el extraterrestre llega al tren y se caga en nuestra madre por haberle mentido, porque la realidad es distinta: tú llegas, te haces un hueco en el andén, ves que quedan 4 minutos, esperas 5 minutos, siguen quedando 4 minutos, te impacientas, pisas sin querer al de al lado (no pides perdón claro, que no se hubiera puesto tan cerca), y entonces llega el tren. ¿Y qué ocurre cuando llega?

Pues el circo romano: aglomeración en la puerta, apenas se deja espacio para que la gente baje, empujones, la #@*& vieja esa lo que tarda en bajar, y antes de que se baje el último ya está todo el mundo subiendo, no sea que se vaya el tren sin nosotros...

Pero que nadie se piense que el ambiente dentro es mucho mejor para bajar, sobre todo si va el tren lleno. Cuando albuien va a bajar y tú no, te preguntan lo típico "¿vas a bajar?", y con esa frase se pone en marcha un engranage de gente que quiere o no quiere bajar moviéndose en todas direcciones. El caso es que tú contestas "no" y te dispones a retirarte amablemente pero no te da tiempo porque te arrollan. Es divertido.

Y luego está la situación contraria: tú quieres bajar. Haces la pregunta y puede que salga bien o puede que se lo preguntes a una persona-columna, que son los típicos que se agarran a la barra de arriba y se fusionan con ella, convirtiéndose en un ser sólido e inmóvil. Entonces llega la columna y te dice "no" y te hace un gesto como para que pases, pero no hace el mínimo esfuerzo por dejarte espacio (ni nadie a su alrededor, claro). ¿Y por dónde paso? ¿Te atravieso? Y decides esperar a que pare el tren por si la columna no quiere soltarse hasta que pare por si se cae o algo (no sé donde, no hay espacio). Pero no. El tren se para, nadie se mueve y toca empujar y recibir insultos. Es una bonita forma de empezar o terminar el día.

Luego hay situaciones especiales como un señor que se enfadó un día porque le empujaron en una parada y luego en la siguiente se empeñó en que no se quitaba de la puerta. Os podéis imaginar cómo terminó... Pobrecito.


* Caso 2: los periódicos gratuitos.

Es curioso, la situación geográfica de un periódico en el tren puede determinar su grado de interés para los viajeros. Por supuesto, los más interesantes son los que están en manos de otro viajero, porque todos a su alrededor tratan de leer aunque sea un párrafo, un atisbo de letra, un pie de foto... Pero luego ese viajero lo deja en el asiento de al lado y ya nadie lo quiere, a todos han dejado de interesarles las noticias de repente...

Y ahí quería yo llegar, porque si un periódico está en el reposa-maletas (arriba) o incluso en la papelera, la gente es capaz de arriesgar su vida (o su higiene) si es necesario para cogerlo, pero los periódicos depositados en los asientos pasan a ser apestados. Como mucho el del asiento de al lado lee algún titular de reojo, pero nadie quiere ni tan siquiera tocarlos... De hecho, los asientos que contienen periódicos se quedan libres hasta que algún valiente se atreve a moverlos. La gente llega super decidida al asiento y cuando ve el periódico es como "oh, vaya, está ocupado" y siguen buscando. Tal vez pronto en los restaurantes desaparezca el cartel de reservado y pongan el 20 minutos encima de la mesa.


* Caso 3: gente pidiendo.

¿Alguien se ha fijado en la diversidad de gente que pide en el metro? Están los que tienen que mantener una familia, los enfermos, ex-drogadictos, músicos, bailarines, vendedores de muñequitos, de pañuelos y ¡¡ hasta de poemas !!

Algunos dicen la verdad y otros (la mayoría) mienten. Por eso prefiero a los que venden algo o actúan, porque tienen algo que ofrecer y ¡¡ no estafan !! ¿Captáis mi tono de nomegustaquememientan? Entiendo que sólo es gente tratando de ganarse la vida, pero desde que me estafaron con el falso hospital de sordomudos y con el calendario de la asociación inexistente contra el cáncer, me he vuelto un poco escéptico y un nada caritativo.

De todas formas, es digna de mención (y de observación) la reacción de la gente cuando nos vienen a pedir.

Si vienen directamente con la mano abierta decimos que no con la cabeza, como si nos diera miedo hablar. Cuando hay un número musical en el tren, todos a mirar para otro lado en plan "¡ah! si no veo la actuación no tengo que pagar". Claro, porque si no miras tampoco escuchas ¿verdad?

Luego está cuando hay "repartos": muñequitos o simplemente la típica tarjetita donde te cuentan su vida para que seas caritativo. Ahí la gente entra en éxtasis para quitarse lo objetos de encima. ¡ Se ponen como nerviosos ! Parece que les acaban de dar un paquete-bomba y no quieren ni tocarlo... Pero hombre, que es un conejito que dice I love you no un virus letal... Así que nada, todos a dejar corriendo el muñeco asesino en el asiento de al lado para no tener ni que mirar al hombre que los ha repartido cuando vuelva a pasar.

Y ya con las tarjetitas de papel el show puede ser incluso mejor: el otro día un hombre estaba intentando encajarla en la ranura de un asiento plegable procurando que se quedase de pie. No lo consiguió. Qué ridículo...


Así que para terminar, tras analizar los 3 casos (hay muchos más como los olores corporales en invierno a 2 grados o la gente que te habla sin conocerte, etc, pero resumir es bonito) podemos concluir que si la gente es rara, yo lo soy más, que encima me molesto en recolectar sus rarezas y apuntarlas... Y lo peor es que algunas ya las tenía escritas antes de que pasaran. Ahí queda eso.

domingo, 19 de octubre de 2008

Oh Mother

Madre no hay más que una... Eso está claro. Y menos mal, porque yo no sé qué sería de mí si tuviera 3 o 4...

Si le preguntas a cualquier niño que a quién quiere más en este mundo a lo mejor te contesta, a lo mejor no, o a lo peor te dice cualquier chorrada pero en el interior de su pequeña cabecita está pensando "mamá".

Y es que las madres lo dan todo por nosotros. De pequeño son ellas quienes te lavan, te peinan, te leen cuentos, te ayudan con los deberes, eligen la ropa que te vas a poner, te llevan al cole, te recogen, te riñen, te ponen nombres ridículos ("gusi", "peluso", "coquito"...), se preocupan por ti...

Y no de tan pequeños... Sin más la otra mañana antes de salir para la universidad:
- Bueno mamá me voy.
- ¡¡ Abrígate que hoy va a hacer frío !!
- Sí mamá...
- ¿Sólo esa sudadera llevas?
- Y el abrigo.
- Pues hoy la temperatura es de 5º, tú verás...
- Joder, ni el hombre del tiempo.
- Es que luego te pasas el día tosiendo y es normal, porque coges frío.
- Lo que tú digas...
- Y come bien ¿eh? ¡ Que estás muy flaco !
- Pero si ya sabes que me paso el día zampando.
- Sí pero comiendo porquerías y eso no cuenta.
- Bueno que no tengo 14 años...
- Pero te comportas como si los tuvieras. Bueno me voy a trabajar, que me entretienes y luego llego tarde. Abrígate. Y cierra con llave cuando te vayas. Y atiende en clase. Que te cunda el día. Un besoooooooooo.

Y al final el que llega tarde eres tú.

Pero no pasa nada porque es tu madre y ha hecho miles de millones de cosas por ti en la vida.

De hecho las madres son como leonas con sus cachorros. Cuando hay una pelea de niños las dos madres saltan a la defensa de sus retoños aunque no sepan ni de qué va la cosa:
- Es que tu hijo tiene la mano muy larga ¿eh?
- Sí, y el tuyo está muy mimado.
- ¿Mimado? De eso nada guapa.
- Vaya que no, y encima tiene una lengua... Menudas palabrotas que dice. Claro, luego llega el mío a casa diciendo unas cosas que me deja impresionada.
- Impresionada dice, si tú ya no te impresionas por nada. Más te valdría dedicarte a educar a tu hijo que está siempre pegándose con todos.
- ¿Me estás diciendo que mi hijo es un maleducado? Pues me lo llevo a casa, no vaya a ser que le peque algo al tuyo.
...
...

Y cuando se quieren dar cuenta los niños hace media hora que dejaron de pelearse y están jugando tan felices.
Se supone que estas cosas deberían cambiar con el tiempo (ja-ja-ja). Pero no es así. Llegan tus años de instituto y las madres empiezan a comparar las notas, y luego la carrera que vas a estudiar... Pero es que estás en la universidad y siguen:
- Mi niña, la pobre, lo que tiene que estudiar, es que está que no para...
- Pues mi hijo ni te cuento, si el pobre se pasa el día haciendo prácticas.
- Ya pero no es lo mismo que estudiar, son más entretenidas.
- Sí claro, entretenidas pero luego vienen los exámenes y no ha podido ni estudiar.
- Pues será que no se sabe organizar.
- O que no tiene tanto tiempo libre como tu hija, que ayer la vi con el vecino del 5º y no estaban precisamente estudiando.
- Sí claro, a saber lo que hace el tuyo, si no para por casa ni los fines de semana, y no creo que se los pase en la universidad...
- ¿Y tú que sabes cuándo está en casa mi hijo? Entre semana desde luego se pasa el día en la facultad. Además se está sacando un título de inglés y el carnet de conducir a la vez. Y también va al gimnasio. Y toca la guitarra. Y...

Y así pueden seguir hasta la eternidad, aunque de buen rollo y con un vermut jaja. Es como las discusiones de los niños pequeños, esas de "tonto", "tú más", "no tú",... Y hablando de niños pequeños, a ti te siguen viendo así aunque tengas 20 años.

Yo me veo a los 30 que me voy a dormir y viene mi madre corriendo a darme abrazos y besos de buenas noches. Y para los padres menudo papelón, ver cómo su mujer está tirada en la cama encima de un chaval joven dándole unos besos asesinos, en plan seducción fatal. Yo me mosquería.

Pero luego en el fondo todas esas cosas de las que nos quejamos las echaremos de menos, porque es irse tus padres una semana de viaje y a ti ya te falta algo. Bueno, de momento te falta todo!!! La comida, la ropa planchada, la habitación recogida... Pero es que además te falta ese cariño que te da tu madre, esa presión constante para que estudies, esos posavasos cuando haces fiesta en tu casa, esa limpieza en el suelo que había antes de la fiesta... Vamos, que no eres nadie.

¿Y por qué? Pues porque madre no hay más que una, y cuando no está, te quedas sin nada.


viernes, 17 de octubre de 2008

Cancionero Popular

Bueno bueno a veces se pone uno a mirar cosas que hay por ahí guardadas... Y se acuerda de que antes era un cantante de éxito !!! No sólo cantante, también compositor... O algo.

El caso es que con mis 16 tiernos añitos (y son literalmente tiernos, porque estaba regordete y esponjoso como un croissant) tenía un "grupillo" en el que no hacíamos una mierda, pero escribíamos bastantes canciones. Esta que pongo hoy era mi favorita, más que nada porque estaba compuesta única y exclusivamente por mí (así evitamos copyright y SGAE y eMule y demás). Me suena que era así como rockerilla, en plan cañera, pero claro no me acuerdo, se siente. Igual está por ahí grabada. O no.

Ahora que ya soy mayor me doy cuenta de que tiene una "rima excesiva" tanto asonante como consonante, jaja, pero bueno no la critiquéis mucho, que era joven e inocente e inexperto e inmaduro, y al fin y al cabo creo que es mejor que muchas canciones actuales, pongamos de ejemplo a... ¿Fran Perea? Si ahora compone así, a saber cómo componía con 16...

Y sin más dilación, ahí va mi canción !!!


Olvídame

Nena, me has cansado
yo estaba enamorado
pero un día me engañaste
y de ti ya me he hartado.

Yo antes era un buen tio
pero ahora todo ha cambiado
tus mentiras me han dolido
y nuestro amor se ha esfumado.

¿Quieres reconciliación?
Te voy a dar una opción.

Estribillo:
Vete, nena, olvídame
No me busques, déjame
Ya me tienes aburrido
Vuelve por donde has venido.

Decías que me querías
jurabas amor eterno
pero pronto descubrí
que todo aquello eran cuentos.

Entonces yo habría traído
para ti mares y ríos
pero ahora te digo nena
que no mereces la pena.

¿Que seré feliz contigo?
Escucha bien lo que te digo.

Estribillo.

Nena, me cansé de ti
Porque tú te reiste de mí
Sabes lo mucho que te quería
Nena, cada noche y cada día.

Jugaste conmigo
me engañaste y me fallaste.
Me aburrí, te olvidé
y ¡¡ ya no te quiero ver !!

Estribillo.






domingo, 12 de octubre de 2008

Reflexiones . . .

Yo estoy sufriendo una regresión lineal. Tiene que ser eso. O estoy siendo víctima de ella, no sé.

Pienso así porque se supone que yo siempre he sido muy maduro para mi edad y yo cada vez me veo más infantil.

Por ejemplo, yo de pequeño según mi madre no me quejaba nunca, ni lloraba ni nada (me acuerdo de esto porque mi vecino-bebé me tiene la hora cogida y llora cuando me acuesto el muy . . .), de hecho, era tan poco llorón que estuve a punto de ahogarme con los barrotes de mi cuna y en vez de liarme a dar alaridos en plan Rey León me quedé en silencio, haciendo mini-ruiditos. Menos mal que las madres (a las que dedicaré otro monólogo en breve) tienen un 6º sentido y un radar nocturno mientras duermen y la mía captó mis "ruiditos" y me salvó. Creo que desde entonces comenzamos a ser 3 en la cama de matrimonio.

El caso es que ahora, que estoy ya crecidito, me quejo el triple. Vamos que como se me monte un gemelo al despertarme por la mañana tenemos aquí la orquesta sinfónica en un momento, y gratis. Y no sólo eso, me quejo por todo lo demás: la comida, los estudios, los amigos, la familia, la novia, la tele, el tiempo, la contaminación, la primavera, el invierno, el otoño, las estrellas, los planetas, la aceleración de partículas, la crisis, Zapatero, Rajoy, Mercedes Milá... Con lo sosito y calladito que era yo.

En fin, otro ejemplo: yo recuerdo ir a la peluquería de pequeño y que le dijeran a mi madre "qué bueno, qué calladito, que no se mueve, ni se queja, ni llora, ni nada...". Y yo por un lado me sentía super-mayor y por otro pensaba "¿y por qué tengo que llorar? Si a mí el pelo no me duele...". Pues bueno, a día de hoy he estado a punto de mandar a tomar por **** a más de un@ y antes de que empiecen a cortar. Es que te están lavando la cabeza y te incrustan los dedos en la corteza cerebral, ¡¡ que estoy estudiando oiga !!, vamos, que si suspendo ya sé a quién echarle la culpa... Y luego te están cortando y te meten unos tirones que a mí más que llorarme los ojos me lloran las lentillas, porque incluso a ellas les duele. Y por supuesto el resultado final siempre es para quejarse, ¡¡ siempre !! Y el precio ni te cuento. Y me estoy desviando...

También está el hecho de que hago muchas más tonterías que de pequeño. No sé si entonces era la alegría del hogar pero ahora lo soy del hogar y de todo el vecindario, porque doy voces, canto (en la ducha y fuera de ella), correteo por la casa, salto, me río, digo tonterías, pongo voz ridícula... Mis padres están alucinados, pero claro, el ser hijo único implica hacer de pequeño, mediano y mayor a la vez, así que tengo que compaginar mi carrera universitaria con mi estupidez infantil. ¡¡ Y no es nada fácil !! Que mi trabajo me cuesta...

Así que nada, no sé si avanzo o retrocedo en el tiempo, pero de que estoy cada día más tonto... De eso estoy SEGURO.

domingo, 5 de octubre de 2008

Visión estudiantil de Teleco

Bueno bueno las Telecomunicaciones... qué carrera tan bonita!!! ...
Pues no, precisamente bonita no es, entretenida sí, bastante, de hecho es tan entretenida que te quita tiempo de vida, de sueño, de diversión, de descanso, de comer, de no hacer nada... Más que nada te lo roba sin que te des cuenta y cuando te paras a pensar vete tú a saber la de horas que le has dedicado a Teleco...

Cuando te pregunta la gente "¿y tú qué estudias?" y les contestas "Telecomunicaciones" de repente se hace un silencio incómodo... En ese momento la mirada de la otra persona lo expresa todo, unos piensan "uooo qué chico más inteligente mira dónde se ha metido" y otros "pero qué tonto ya estás apañado de por vida con la de carreras que hay..." y la respuesta es "pues nada a estudiar ¿eh? Que esa carrera me han dicho que tiene tela". Y tú "sí bueno... si lo sabré yo". No te jode, claro que tiene tela, pero tela marinera.

Luego está tu familia, unos no se creen que te vaya mal porque están acostumbrados a tus años felices de instituto en los que te rascabas los ... bastante y en los examenes que peor hacías sacabas 8... Entonces se creen que como siempre has sido inteligente y con facilidad para los estudios pues eso ya se mantiene de por vida. Unas veces te animan (cuando te ven de bajón y tal) y otras te recriminan (generalmente cuando sale la nota de un examen)... "Claro, todo el día con el ordenador!!!!" "Papá, estaba haciendo prácticas" "¿Y desde cuando las prácticas se hacen con el ordenador?" "¿Desde que estudio Teleco quizá?" "Vale pero no creo que necesites música ni el Messenger para hacerlas ¿no?" .......... Vale, ahí gana tu padre.

De todas formas no es tan fácil. Te pasas el día en la facultad, comes en la facultad, prácticamente vives allí (sólo falta ducharte y dormir allí), entre clases, prácticas... En los laboratorios te estresas y pasas horas y horas con la cara pegada al ordenador y después de 5 horas descubres que tu programa/proyecto no funcionaba por un punto y coma que faltaba no sé donde o una letra que sobraba de otro sitio... Es maravilloso. Y claro, después de miles de días así luego resulta que los examenes empiezan un lunes y tú has estado con ese "estilo de vida" hasta el viernes anterior... ¿Y cuándo empiezas a estudiar? Pues el sábado. Conclusión: desastre total. Te has pasado todos los días de la época de exámenes (unas 3 semanas) metido en tu casa, sin salir, con dinámica de levantarte - desayunar - estudiar - comer - estudiar - cenar - estudiar - dormir... Para suspender más de las que apruebas (si es que apruebas alguna).

Y en tu casa te dicen "es que tenías que haber empezado a estudiar antes, lo dejas todo para el último momento, blablabla...". "Pero papá/mamá, ¿tú me has visto por casa entre semana durante los últimos meses? ¿Te crees que me paso el día en la universidad de botellón o algo así?". Nadie te entiende, NADIE. Nadie externo a tu "entorno estudiantil" claro, porque tus compañeros sí que te entienden (lógico). Y también los compañeros de otras carreras parecidas (véase Informática).

Pero bueno, al menos tiene cosas buenas: la más importante es cuando apruebas jajaja. Y luego está la alegría de terminar un proyecto y ver que funciona!!!! Que todas tus horas de trabajo y esfuerzo y sangre y lágrimas han servido de algo!!! (Vale, han servido de que puedas jugar al MasterMind en MS2, o que un programa dibuje una convolución de señales, o una simulación de microprocesador haga operaciones con numeritos... pero lo has hecho tú y te hace ilusión joder!!!).

Y por supuesto si hay algo bueno es la gente. Yo nunca pensé que iba a conocer gente tan genial (espero que penséis lo mismo de mí o mi venganza será terrible jajajaja).

Pues eso, que aunque sea una carrea increíblemente difícil y trabajosa, aunque me cueste varios suspensos hasta aprobar cada asignatura, aunque en vez de 5 años me lleve 8, aunque muchas veces me mate a estudiar y no vea resultados... Ya soy teleco y aquí me quedo, como el barco de Chanquete "no me moverán". Y ninguna asignatura rancia va a poder conmigo me cueste lo que me cueste.

Presentación

Hoy decido empezar este blog que creé hace cosa de un año y se quedó sin nada... ¿Y por qué hoy? Pues porque me he acordado de él, simplemente.

Aquí voy a ir dejando pequeños (o grandes) textos que se me van ocurriendo en el transcurso de la vida cotidiana. A pesar del título del blog, ni son todos sobre telecomunicaciones (ya bastante tengo con lo que tengo jaja) ni son super-divertidos (si alguien esperaba algo estilo el Club de la Comedia, siento decepcionar). Simplemente son ideas que están en mi cabeza sobre las cosas que pasan a mi alrededor, algunas más fieles a la realidad, otras más exageradas...

Y para todo lo demás, MasterCard.


Un saludo y espero que os guste.